La información volcada en este libro se ha enmarcado en los amplios beneficios del consumo diario de las porciones recomendadas de leche, yogur, y queso en todas las etapas de la vida, hasta su contribución en la prevención y el tratamiento de diversas patologías.
A través de estas páginas he demolido mitos, he mostrado que los lácteos promueven el descenso de peso y favorecen la modificación de la composición corporal, que en efecto protegen el sistema óseo y el aparato cardiovascular, que se los considera alimentos naturalmente funcionales, que los productos fermentados son en particular grandes aliados, y que la leche resulta un alimento muy útil en la práctica deportiva.
Queda claro que, en el contexto de una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable, al menos 3 porciones diarias de lácteos ayudan a mantener alejadas a la mayoría de las ECNT.
Por todo lo dicho, una vez más elevo mi vaso de leche y brindo para que todos los argentinos y latinoamericanos tengan huesos fuertes y gocen de una salud plena.